Caasiopeia 동방신기

30 jul 2019

✜ Pacto de Sangre - Pacto 7 ✜




 Pacto 7

    

“Et sanguis meus sanguis”
(Sangre de mi Sangre)

    

Había pasado más de 1 hora…

Catrina Ferdinand estaba cansada de esperar, no sabía a qué atenerse cuando aquel hombre saliera de su casa, ni siquiera estaba segura de que cumpliría su promesa, pero que opciones tenia, debía solo esperar y esa espera la estaba matando…

- no debería decirte nada – escucho decir a su esposo – pero no debimos aceptar lo que nos pidió
- no había opción…
- pero entregar así a una nieta nuestra, sangra de mi sangre?
- no había opción! – le grito su esposa – si existe la más mínima forma de que ese hombre pueda salvar a nuestro hijo, estaría dispuesta a darle hasta mi vida!

Y era cierto, ella era capaz de arrancarse cada cabello de la cabeza y entregárselo, pero aquel hombre no la quería a ella ni a su marido, quería a su primera descendiente mujer…

- si nuestro hijo se salva, lo que hicimos habrá servido de algo, después podemos buscar la manera de no cumplir con el acuerdo
- no creo que haya alguna
- pues daremos la vuelta al mundo para conseguirla, si fuimos capaces de hacer eso para salvar a nuestro bebe, podremos hacerlo de nuevo
- si se entera nos matara
- pues si mi hijo está vivo y mi nieta a salvo, habrá valido la pena!, soy capaz de venderle mi alma al diablo si es necesario…

- pues es lo que acaba de hacer, mi querida señora…

Los Ferdinand voltearon hacia donde provenía aquella voz…

- la persona que han dejado entrar a su casa no es más que el mismísimo descendiente de satanás…

El señor Ferdinand miro hacia la puerta de su casa, el terror se reflejaba en su rostro…

¿Qué es lo que habían hecho?

En ese mismo instante la puerta de su casa se abrió, de allí salían aquel hombre y el que llamaba su hijo, el señor Moldoveanu estaba apoyado en este, estaba más pálido de lo que recordaba, se notaba claramente que no podía mantenerse en pie…

- está hecho – dijo

Catrina Ferdinand quiso correr hacia dentro de la casa, moría por ver a su hijo, pero su esposo la detuvo, esta se soltó bruscamente y entro de prisa a la casa, su marido solo se quedó allí, mirando a esos dos hombres…

- he cumplido – dijo el líder del clan Moldoveanu con su voz cansada – ahora solo queda que cumplan ustedes…

El señor Ferdinand giro a buscar a la mujer que había hablado antes con ello, pero esta ya no estaba…

¿Cuantos pecados habían cometido ese día?

¿podría Dios perdonarlos?


Rusia – Actualidad

- basta!!

La voz del nuevo líder del clan Moldoveanu resonó en la habitación, pero Andreu no parecía escucharlo, estaba estrangulando a Tomas y este no podía defenderse…

- Andreu!!

Teodorus sabía que estaban en posición de perder si empezaban cualquier tipo de guerra, no eran mayoría y Dios no perdonaría una rebelión…

- suéltalo! – Teodorus ahora estaba cogiendo a su hijo del hombro – tu prometida te necesita, o es que acaso quieres que Marian muera?

Cuando escucho el nombre de su novia, Andreu reacciono soltando a Tomas, este cayó al piso por la falta de aire…

Andreu corrió hacia Marian, quien estaba en el piso inconsciente, había sangre por todos lados, era imposible adivinar, al menos en esos momentos de dónde provenía…

- tenemos que llevarla con los ancianos – dijo Antón

No se había percatado, pero Antón estaba a su lado, o al menos al lado de Marian, pero no se había atrevido a tocarla, quizás era porque la sangre…

- llévala ahora – le dijo su padre – o ella morirá…

Andreu levanto a Marian en sus brazos y salió del salón…

Con solo un segundo se diferencia Tomas se había levantado y quería seguirlos, pero Antón se había puesto justo en frente suyo…

- ni lo pienses, asquerosa paloma!
- no fue mi intención – dijo Tomas – jamás le haría daño
- pues reza para que no muera, porque te matare si algo le llega a pasar!
- ve a acompañar a tu primo – le dijo Teodorus a Antón

Este le dio una última mirada a Tomas y salió rápidamente detrás de Andreu y Marian…

Tomas sabía que lo había arruinado de mil formas y si no lo sabía, lo supo al mirar a Gabriel…

Este no había movido ni un solo musculo, ni siquiera para defenderlo o para castigarlo, sabia como era Gabriel y estaba seguro que esta vez no iba a librarse de un castigo…

- estos son los humanos que dios escoge para servirle? – dijo Teodorus
- tu más que nadie debería entender que no todos siguen el camino de nuestro señor
- y de tal manera son castigados, no es así?
- no eres quien para decirme que debo hacer o no
- es demasiado soberbio que me digas eso, después de lo que tu ángel acaba de hacer
- sé muy bien lo que hizo y seré yo quien lo castigue…
- si ella niña muere seré por culpa de uno de los tuyos
- vámonos!

Gabriel avanzo hacia la ventana y salto por ella, los demás ángeles lo imitaron saltando detrás suyo, Tomas fue el último y aunque una parte de él quería quedarse para saber que no había matado a Marian, sabía que no podía buscarse más problemas….

Teodorus espero hasta que los arcángeles hayan salido de todo el perímetro, respiro con tranquilidad después de haber estado conteniendo la respiración por mucho tiempo…

Casi había sucedido una tragedia, aunque aún la angustia no terminaba…

Si Marian moría… los Moldoveanu estaban acabados…

+*+

Andreu había llegado al salón de curación, recostó a Marian en la cama y empezó a mover sus manos alrededor de ella, quería curarla, pero no podía…

- son heridas malditas – dijo Antón apareciendo a su lado

Los único que pueden matarlos son los mandados por dios, los Arcángeles como Gabriel y su sequito tenían la palabra de dios a su favor y por ende podían lastimar y mucho a los hijos de la noche…

- qué hago? – dijo Andreu desesperado
- voy a traer a uno de los ancianos

Antón salió rápidamente y Andreu cogió un tazón y lo lleno de agua, después con su pañuelo empezó a limpiar la sangre de la cara de Marian…

- por favor – le pido Andreu – por favor no mueras, no me dejes…

Marian aún estaba inconsciente sin poder siquiera escucharlo y en su inconciencia podía ver a sus padres, a su hermano pequeño correteando por el gran jardín de su casa, inclusive se vio a ella misma, estaba sentada sobre una manta en el pasto, reía y reía sin parar…

Aquellos eran recuerdos, hermosos recuerdos que había tenido junto a su familia…

Su familia…

En estos momentos necesitaba tanto a su madre, quería que la abrazara, que le diga que todo estaba bien, que el dolor iba a parar y mañana volvería a estar todo perfecto…

El dolor…

En qué momento había empezado el dolor, no lo sabía, pero su cuerpo ardía de dolor y en su mente gritaba para que la ayuden, que hiciera que se detenga…

- por favor!

En ese momento pudo escuchar claramente esa suplica, aquella voz, sabia de quien era, pero había olvidado su nombre…

La persona que suplicaba era Andreu, un par de ancianos habían llegado y estaba tratando de curar a Marian, pero hacían que esta se retorciera en la cama…

- la están lastimando! – dijo
- lo que queremos es salvarla – dijo uno de los ancianos – pero cada hechizo que hacemos es inútil
- debe ser por esa parte humana que aún no entendemos – dijo otro anciano – aún nos falta intentar algo
- háganlo – dijo Andreu quien seguía limpiando la frente de Marian
- no tenemos que hacerlo nosotros – dijo el anciano – debes hacerlo tú – le dijo
- lo que sea…
-dale de beber tu sangre…

Andreu dejo caer el pañuelo al piso….

Antón sé que estupefacto ante lo que había escuchado, eso no se podía hacer, aquello estaba prohibido, un vampiro no puede beber la sangre de otro, quedaría condenado, por eso su tía había muerto…

- morirá si lo hace – dijo Antón
- ella no es completamente un vampiro – dijo el anciano – lleva vida humana aun dentro suyo
- pero si ella bebe mi sangre – dijo Andreu
- se convertirá en un vampiro completo – termino de decir Antón
- no – dijo el anciano – ella jamás será un vampiro completo – ella es la mitad de un todo – mitad día, mitad noche, es bendecida, ella no esta maldita…

Andreu no entendía lo que los ancianos hablaban, pero si darle de beber su sangre a Marian podía salvarla, lo haría….

- no lo hagas! – dijo Antón al ver como su primo se remangaba la camisa para dejar su muñeca al descubierto – la mataras!
- voy a salvarla!
- no puedes estar aquí – le dijo uno de los ancianos a Antón – será mejor que te retires
- pero él no puede…
- retírate!

Antón apretó su puño fuertemente y después de lanzarle una mirada asesina a su primo salió del salón furioso…

- hazlo…

Andreu cogió un pequeño cuchillo y corto su muñeca, los ancianos le ayudaron a colocar su mano justo arriba de la boca de Marian, mientras el otro le abría la boca…

En ese mismo instante la sangre empezó a brotar, este cayo despacio dentro de la boca de Marian, al principio ella parecía ahogarse con la sangre llenando toda su boca, pero después de unos segundos había empezado a tragar esta…

- por favor – dijo Andreu rogando que ella se recuperara – por favor!

El anciano que sostenía la mano de Andreu cubrió con su mano la herida que se había hecho en la muñeca y cuando la soltó ya estaba curado…

- es suficiente – dijo este
- ella va estar bien?
- mira tú mismo…

Era cierto, Andreu había limpiado el rostro de Marian allí se podía ver una gran herida en la cabeza, la cual ahora estaba cicatrizando…

- está curándose
- ahora solo debes dejar a tu sangre actuar, nosotros no tenemos nada más que hacer aquí…

Los ancianos salieron y Teodorus entro…

- como esta?
- está curándose

Andreu estaba feliz, la vida o lo que él llamaba vida le había vuelto al cuerpo después de ver que las heridas de su novia empezaban a borrarse…

- le hiciste beber tu sangre?

Andreu asintió…

- padre…
- dime
- no quise preguntárselo a los ancianos, pero cuando ella despierte, será la misma?
- no lo sé, esperemos que no cambie nada en ella, aún tiene que devolverle la vida al clan…

Andreu no se refería a eso, le preocupaba el hecho de que no volviera a ser la misma, tan risueña y hermosa, con esas mejillas rosadas que tanto adoraba, no quería que su Marian cambiara y menos por su culpa…

- le diré a Yelena que venga más tarde, va a necesitar que la ayuden a asearse…
- está bien…
- te dejo con ella…

Andreu cogió el pañuelo del suelo y volvió a terminar de limpiarle el rostro, dentro suyo rogaba para que nada en su amada cambiara, aunque la seguiría amando de la misma manera si aquello sucedía…

+*+

La fuerza de la bofetada había echo que se estampara contra de aquella pared invisible…

Tomas había sido golpeado por Gabriel, en aquel cuarto blanco, sin separaciones, un cuarto que parecía no tener comienzo ni final, ni bien habían llegado a aquella parte del cielo, Gabriel lo había castigado…

- como osaste desobedecerme!! – le grito Gabriel
- lo siento – dijo Tomas sobando su mejilla
- crees que con eso basta?, ¿acaso no te imaginas lo que ahora debo hacer?
- por favor – suplico poniéndose de rodillas – jamás volveré a desobedecerte – aunque sabía que aquello era poco probable – lo juro

Gabriel hizo un ademan con la mano y los demás arcángeles se fueron, dejándolo a los dos solos…

- levántate – le dijo el mayor

Tomas no quería, pero debía obedecer…

- te lo suplico – le imploro
- respóndeme algo, acaso, estás enamorado de esa chica?

Aquella pregunta le sorprendió…

- estás enamorado de ella?
- no…
- ni siquiera te crees esa respuesta
- no siento nada por ella – dijo mintiéndose a sí mismo – al menos no romántico, la vi crecer y el solo hecho de verla, prácticamente morir así, no lo pude soportar…
- espero que estés siendo sincero…
- es cierto…
- no voy a quitarte las alas
- gracias
- debería hacer – dijo seriamente – pero no te volveré a pasar ni una más!
- no lo volveré a hacer…
- más te vale

Gabriel se estaba yendo, pero parándose en seco volteó hacia Tomas…

- tienes prohibido acercarte a esa chica, nunca más volverás a verla…

Y al terminar de decir esto emprendió el vuelo, dejando solo a Tomas…

- no puedo hacerlo…

Tomas sabía lo que se le venía encima si volvía a romper las reglas, pero en el fondo también sabía lo que pasaría dentro suyo, si no volvía a ver a Marian…

+*+


Antón estaba sentado en la torre más alta del castillo, miraba hacia ningún lugar, ya que su mente divagaba entre sus recuerdos, los recuerdos de aquello noche…

*Flashback*

- nos están atacando!!

La guardia corría por todo el castillo, él no sabía hacia dónde dirigirse, normalmente su padre ordenaría que cuiden de el, pero parecía que ahora no había tiempo para nada, salvo correr…

-          Príncipe- le dijo uno de los guardias principales de su padre

Un guardia principal eran aquellos humanos que ofrecieron su vida para cuidar del clan, en este cado los Moldoveanu. Ellos estaban para cuidar como prioridad a la descendencia real, los fututos lideres del clan.

-          Su padre me envió recogerlo – dijo el guardia
-          ¿Qué está pasando?
-          Después de lo explico, ahora debemos salir de aquí

El guardia lo tomo de la mano y empezó a caminar de manera apresurada, si hubiera sido un humano común y corriente aquel jalón lo habría hecho llorar, pero los vampiros no conocían el dolor, al menos no por ese tipo de daño.

Estaban a punto de llegar a la puerta que daba a la cripta, donde de seguro ya estarían su madre, su hermana y sus primos, pero algo no los dejo seguir.

Una explosión los hizo volar por los aires, Antón se dio contra una pared, mientras que su guardia se había estampado contra una de las estatuas que adornaban el palacio.

Aquello si había dolido.

-          Príncipe – su guardia se encontraba ya a su lado, podía notarse que estaba herido, ¿pero no parecía importarle – está usted bien?

Antón asintió asustado…

-          Aquí esta el príncipe- se escuchó una voz
-          ¿Quiénes son ellos?

El guardia puso a Antón detrás suyo, sabía que no podría protegerlo, pero nada evitaría que lo intente.

Antón tuvo la respuesta a su pregunta justo en ese instante, 2 hombres aparecieron detrás de la humarada que había dejado la explosión.

-          Ángeles caídos- escucho que dijo su guardia

Ángeles caídos. Había escuchado esas palabras de la boca de su abuelo, de la boca de su padre, los ángeles caídos eran ángeles que habían desafiado a dios y a los cuales le habían arrancado sus alas y habían sido condenados a vivir en la tierra para siempre, pero claramente aquello no era vida, ya que estaban malditos, dios no iba a permitir que otro ángel se convirtiera en diablo, no podían amar, así que los castigó de tal manera que jamás podrían crear vida o si quiera pensar en morir.

-          Sera mejor que se vayan ahora – dijo el guardia – este palacio está protegido
-          ¿Los arcángeles?  – se burlo uno de ellos
-          Vendrán en cualquier momento
-          Por supuesto que vendrán – dijo el ángel caído – pero no para defenderlos

En ese momento uno de los hombres comenzó a acercarse a ellos.

-          Lo mejor será que me dejes llevarme al príncipe – dijo este – no quiero matarte
-          No creas que será muy fácil hacerlo
Su guardia lo miro una ultima vez y saco una espada de la montura que tenía aferrada a su cadera, en un segundo paso la palma de la mano por la punta de esta y la espada se encendió.

Antón lo vio correr hacia los ángeles caídos, lo vio luchar fuertemente, si no hubieran sido 2 contra los que luchaba, quizás habría podido ganar.

Antón vio a su guardia caer, vio como su cuello era cortado por aquellos hombres.

-          Es hora de irnos…
-          La señorita estará feliz de verte príncipe.

*Fin flashback*

Antón abrió los ojos, no quería recordar más, recordaba ese día como ninguno, el día del inicio del final de su familia, aquel día empezó la maldición de los Moldoveanu.

Y todo había sido su culpa.

+*+

Marian veía como pasaban uno a uno los recuerdos de su infancia, podía ver su historia, desde el principio, todo pasaba tan deprisa, como si huyeran de su mente, como si su cerebro le dejara ver por última vez lo que fue de su vida humana.

Pero ella no quería olvidar, no quería hacerlos, quería recordar a su padre, a su hermano pequeño, y Andreu…

Era acaso, ¿que estaba muriendo?

Cuando estaba en la escuela sus amigas hablaban de la muerte, algunas decían que al morir una veía su vida pasar en un instante, ay que es como la despedida...

-          Se está moviendo…

Pero si estaba muriendo, ¿porque aun podía escuchar aquella voz?

-          Debo cambiarla, así que retírate…

Aunque aún no odia reconocer ninguna voz, la que habla era Yelena…

-          ¿Me dirás si despierta?
-          Andreu por favor – dijo algo molesta – yo también estoy asustada, así que no me estreses más y salte.
-          Está bien

Andreu tomo la mano de Marian una última vez y salió del cuarto.

-          Mi hermano te ama mucho – le dijo Yelena mientras sacaba un vestido nuevo del closet – él no está pensando en el clan ni nada más, solo piensa en ti, por favor recupérate

Yelena se había encariñado con Marian, de la misma manera que Andreu. Ambos la habían visto crecer, ambos sabían cómo era y la buena muchacha que era y a ambos les dolía que tuvieran que retenerla a la fuerza allí, pero no había otra opción y tampoco era su decisión.

Marian sabía que alguien la amaba… podía sentirlo, aunque justo en ese instante no sabía quién era, podía sentir su corazón latir ante ese pensamiento, aquello significa que ella le correspondía.

-          El amor…

Aquella voz no había sonado lejana. Marian abrió los ojos en subconsciente y se vio en parada en un salón, un gran salón…

-          ¿Dónde estoy?  – pregunto asustada

Giro hacia alrededor y no había nadie…

-          El amor es el mejor regalo que nos dio el creador…

Marian volteo y vio a una mujer parada en frente suyo…

-          ¿Quién es usted?

La mujer solo le sonrió…

-          Si el amor es un regalo de dios, porque me castigaron quitándomelo
-          No entiendo, ¿quién es usted?
-          Mi nombre es Anzhelika….


*+*

Varias horas habían pasado….

Todos los Moldoveanu estaban alrededor de aquella cama, esperando que Marian despertara, todos preocupados, aunque por muy diferente motivo…

-          Su respiración se ha normalizado – dijo uno de los ancianos – sus latidos están calmados, en cualquier momento despertara.

Antón estaba asustado…

Había visto que le pesaba a un vampiro de sangre pura cuando bebía la sangre de otro y aquello no había sido también su culpa.

-          Marian…

Aquella había sido la voz de Andreu…

Este corrió hacia la cama y tomo la mano de su prometida…

Marian abrió los ojos…

Estaba despierta…

Pero aún no mencionaba ninguna palabra…

Miraba el techo de aquel cuarto, que era el suyo…

-          Marian?
-          Le volvió a llamar Andreu

Esta escucho su nombre y volteo a verlo, en ese momento una sonrisa se esbozó en su rostro…

Andreu sintió como unas lágrimas se acumulaban en sus ojos, su Marian estaba ahí, nada en ella había cambiado…

Absolutamente nada…

-          Gracias… - dijo Marian aun sonriendo – me salvaste

Andreu no aguanto más y la abrazo, había pasado mucho tiempo pensando que la perdería, pero ella nunca se había ido, jamás se iría de su lado.

Todos en la habitación sintieron como la tensión en sus cuerpos se esfumaba…

-          Es bueno que sigas siendo tu…

El líder del clan se había acercado hasta la cama de Marian…

-          Suena egoísta, pero eres la única persona que puede quitarnos la maldición de encima…
-          Papa – dijo Andreu – dejémosla descansar, aun esta
-          No quiero molestarla – dijo su padre –pero hay cosas que debe saber

Marian se sentó en la cama, Andreu la ayuda a recostarse en el respaldar…

-          Estoy bien – le dijo a su prometido – también quiero saber, porque tuve un sueño muy raro mientras estaba inconsciente
-          ¿Qué sueño?  – le pregunto este
-          Una mujer… me llamaba…
-          ¿Una mujer?
-          Angélica…

La mayoría tembló ante aquel nombre…

-          No – se corrigió Marian – se llamaba Anzhelika

Antón dio media vuelta y salió del cuarto…

-          ¿Soñaste con ella?  – le pregunto Teodorus
-          ¿Quién es ella?
-          Ella fue… Anzhelika fue mi hermana y la culpable de toda la maldición Moldoveanu…

*+*

Antón camino unos pasos lejos de aquel cuarto, lejos de la mención de su tía…

Porque le dolía recordarlo…

Recordar…

*/Flashback/*

Antón estaba siendo arrastrado por aquellos ángeles caídos, había visto morir a su guardia, había visto morir a muchas personas hoy…

-          Señorita – dijo uno de los hombres lanzándolo al suelo – ¡aquí esta!
-          Por favor – dijo la mujer y el reconoció aquella voz – trátenlo bien, es el futuro rey del clan

Antón que había agachado la cabeza al caer al suelo, la levanto y vio justo al frente suyo a su tía…

-          Me vas ayudar otra vez, ¿verdad? – Anzhelika se puso en cuclillas para estar cara a cara con el – si lo haces, te salvaras…

-          ¡Hijo!!

Aquel grito había sido el de su padre, volteo a verlo y este llevaba su ropa manchada de sangre…

-          ¡Suelta a mi hijo!  – le grito a su hermana

Anzhelika se puso de pie y camino justo para ponerse delante de Antón…

-          No lo creo – dijo ella
-          No debiste haber vuelto – dijo Mijaíl Moldoveanu – si escapaste, debiste haber huido lejos
-          Sabes que no lo iba hacer – Anzhelika miro a los 2 hombres que tenía al lado – ¡mátenlo!
-          ¡Papa!!  – grito Antón

Para el primogénito del clan Moldoveanu no fue difícil acaba con aquellos caídos.

Anzhelika tomo una espada y se lanzó contra su hermano, ambos peleando de igual a igual, inclusive Anzhelika siendo mucho mejor…

-          Llévenselo – le grito a uno de los caídos que llegaba a ayudarla

Antón fue levantado del suelo y aquello distrajo a su padre en ese momento Anzhelika, le hundía la espada por la espalda, atravesándolo.

-          Que se siente morir – le dijo a su oído mientras lo retenía pegado a ella – supongo que el habrá sentido lo mismo después de lo que lo mataras.
-          No podrás ganar – le dijo su hermano sintiendo como el dolor se llevaba su vida
-          Ganare y será gracias tu propio hijo, porque fue el, quien me ayudo a escapar…

Mijaíl miró a su hijo y Anzhelika hundió sus dientes en su cuello…

Su padre cayó muerto al instante, pero Anzhelika aún estaba parada a su lado, limpiándose la sangre de la boca…

-          Acabemos con esto…

Antón la vio caminar hacia adentro del castillo, bañada en sangre y con una espada en la mano…

En ese momento se dio cuenta que aquello había sido toda su culpa…