✜ Pacto 7 ✜
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“Et sanguis meus sanguis”
(Sangre de mi Sangre)
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Había pasado
más de 1 hora…
Catrina
Ferdinand estaba cansada de esperar, no sabía a qué atenerse cuando aquel
hombre saliera de su casa, ni siquiera estaba segura de que cumpliría su
promesa, pero que opciones tenia, debía solo esperar y esa espera la estaba
matando…
- no debería
decirte nada – escucho decir a su esposo – pero no debimos aceptar lo que nos
pidió
- no había opción…
- pero
entregar así a una nieta nuestra, sangra de mi sangre?
- no había
opción! – le grito su esposa – si existe la más mínima forma de que ese hombre
pueda salvar a nuestro hijo, estaría dispuesta a darle hasta mi vida!
Y era cierto,
ella era capaz de arrancarse cada cabello de la cabeza y entregárselo, pero
aquel hombre no la quería a ella ni a su marido, quería a su primera
descendiente mujer…
- si nuestro
hijo se salva, lo que hicimos habrá servido de algo, después podemos buscar la
manera de no cumplir con el acuerdo
- no creo que
haya alguna
- pues
daremos la vuelta al mundo para conseguirla, si fuimos capaces de hacer eso
para salvar a nuestro bebe, podremos hacerlo de nuevo
- si se
entera nos matara
- pues si mi
hijo está vivo y mi nieta a salvo, habrá valido la pena!, soy capaz de venderle
mi alma al diablo si es necesario…
- pues es lo
que acaba de hacer, mi querida señora…
Los Ferdinand
voltearon hacia donde provenía aquella voz…
- la persona
que han dejado entrar a su casa no es más que el mismísimo descendiente de
satanás…
El señor
Ferdinand miro hacia la puerta de su casa, el terror se reflejaba en su rostro…
¿Qué es lo
que habían hecho?
En ese mismo
instante la puerta de su casa se abrió, de allí salían aquel hombre y el que
llamaba su hijo, el señor Moldoveanu estaba apoyado en este, estaba más pálido
de lo que recordaba, se notaba claramente que no podía mantenerse en pie…
- está hecho
– dijo
Catrina
Ferdinand quiso correr hacia dentro de la casa, moría por ver a su hijo, pero
su esposo la detuvo, esta se soltó bruscamente y entro de prisa a la casa, su
marido solo se quedó allí, mirando a esos dos hombres…
- he cumplido
– dijo el líder del clan Moldoveanu con su voz cansada – ahora solo queda que
cumplan ustedes…
El señor
Ferdinand giro a buscar a la mujer que había hablado antes con ello, pero esta
ya no estaba…
¿Cuantos
pecados habían cometido ese día?
¿podría Dios
perdonarlos?
✾
Rusia – Actualidad
- basta!!
La voz del
nuevo líder del clan Moldoveanu resonó en la habitación, pero Andreu no parecía
escucharlo, estaba estrangulando a Tomas y este no podía defenderse…
- Andreu!!
Teodorus
sabía que estaban en posición de perder si empezaban cualquier tipo de guerra,
no eran mayoría y Dios no perdonaría una rebelión…
- suéltalo! –
Teodorus ahora estaba cogiendo a su hijo del hombro – tu prometida te necesita,
o es que acaso quieres que Marian muera?
Cuando
escucho el nombre de su novia, Andreu reacciono soltando a Tomas, este cayó al
piso por la falta de aire…
Andreu corrió
hacia Marian, quien estaba en el piso inconsciente, había sangre por todos
lados, era imposible adivinar, al menos en esos momentos de dónde provenía…
- tenemos que
llevarla con los ancianos – dijo Antón
No se había
percatado, pero Antón estaba a su lado, o al menos al lado de Marian, pero no
se había atrevido a tocarla, quizás era porque la sangre…
- llévala
ahora – le dijo su padre – o ella morirá…
Andreu
levanto a Marian en sus brazos y salió del salón…
Con solo un
segundo se diferencia Tomas se había levantado y quería seguirlos, pero Antón
se había puesto justo en frente suyo…
- ni lo
pienses, asquerosa paloma!
- no fue mi
intención – dijo Tomas – jamás le haría daño
- pues reza
para que no muera, porque te matare si algo le llega a pasar!
- ve a
acompañar a tu primo – le dijo Teodorus a Antón
Este le dio
una última mirada a Tomas y salió rápidamente detrás de Andreu y Marian…
Tomas sabía
que lo había arruinado de mil formas y si no lo sabía, lo supo al mirar a
Gabriel…
Este no había
movido ni un solo musculo, ni siquiera para defenderlo o para castigarlo, sabia
como era Gabriel y estaba seguro que esta vez no iba a librarse de un castigo…
- estos son
los humanos que dios escoge para servirle? – dijo Teodorus
- tu más que
nadie debería entender que no todos siguen el camino de nuestro señor
- y de tal
manera son castigados, no es así?
- no eres
quien para decirme que debo hacer o no
- es
demasiado soberbio que me digas eso, después de lo que tu ángel acaba de hacer
- sé muy bien
lo que hizo y seré yo quien lo castigue…
- si ella
niña muere seré por culpa de uno de los tuyos
- vámonos!
Gabriel
avanzo hacia la ventana y salto por ella, los demás ángeles lo imitaron
saltando detrás suyo, Tomas fue el último y aunque una parte de él quería
quedarse para saber que no había matado a Marian, sabía que no podía buscarse más
problemas….
Teodorus
espero hasta que los arcángeles hayan salido de todo el perímetro, respiro con
tranquilidad después de haber estado conteniendo la respiración por mucho
tiempo…
Casi había
sucedido una tragedia, aunque aún la angustia no terminaba…
Si Marian
moría… los Moldoveanu estaban acabados…
+*+
Andreu había
llegado al salón de curación, recostó a Marian en la cama y empezó a mover sus
manos alrededor de ella, quería curarla, pero no podía…
- son heridas
malditas – dijo Antón apareciendo a su lado
Los único que
pueden matarlos son los mandados por dios, los Arcángeles como Gabriel y su
sequito tenían la palabra de dios a su favor y por ende podían lastimar y mucho
a los hijos de la noche…
- qué hago? –
dijo Andreu desesperado
- voy a traer
a uno de los ancianos
Antón salió
rápidamente y Andreu cogió un tazón y lo lleno de agua, después con su pañuelo
empezó a limpiar la sangre de la cara de Marian…
- por favor –
le pido Andreu – por favor no mueras, no me dejes…
Marian aún
estaba inconsciente sin poder siquiera escucharlo y en su inconciencia podía
ver a sus padres, a su hermano pequeño correteando por el gran jardín de su
casa, inclusive se vio a ella misma, estaba sentada sobre una manta en el
pasto, reía y reía sin parar…
Aquellos eran recuerdos, hermosos recuerdos que había
tenido junto a su familia…
Su familia…
En estos momentos necesitaba tanto a su madre, quería
que la abrazara, que le diga que todo estaba bien, que el dolor iba a parar y
mañana volvería a estar todo perfecto…
El dolor…
En qué momento había empezado el dolor, no lo sabía,
pero su cuerpo ardía de dolor y en su mente gritaba para que la ayuden, que hiciera
que se detenga…
- por favor!
En ese momento pudo escuchar claramente esa suplica,
aquella voz, sabia de quien era, pero había olvidado su nombre…
La persona
que suplicaba era Andreu, un par de ancianos habían llegado y estaba tratando
de curar a Marian, pero hacían que esta se retorciera en la cama…
- la están
lastimando! – dijo
- lo que
queremos es salvarla – dijo uno de los ancianos – pero cada hechizo que hacemos
es inútil
- debe ser
por esa parte humana que aún no entendemos – dijo otro anciano – aún nos falta
intentar algo
- háganlo –
dijo Andreu quien seguía limpiando la frente de Marian
- no tenemos
que hacerlo nosotros – dijo el anciano – debes hacerlo tú – le dijo
- lo que sea…
-dale de beber
tu sangre…
Andreu dejo
caer el pañuelo al piso….
Antón sé que
estupefacto ante lo que había escuchado, eso no se podía hacer, aquello estaba
prohibido, un vampiro no puede beber la sangre de otro, quedaría condenado, por
eso su tía había muerto…
- morirá si
lo hace – dijo Antón
- ella no es
completamente un vampiro – dijo el anciano – lleva vida humana aun dentro suyo
- pero si
ella bebe mi sangre – dijo Andreu
- se
convertirá en un vampiro completo – termino de decir Antón
- no – dijo
el anciano – ella jamás será un vampiro completo – ella es la mitad de un todo
– mitad día, mitad noche, es bendecida, ella no esta maldita…
Andreu no entendía
lo que los ancianos hablaban, pero si darle de beber su sangre a Marian podía
salvarla, lo haría….
- no lo
hagas! – dijo Antón al ver como su primo se remangaba la camisa para dejar su
muñeca al descubierto – la mataras!
- voy a salvarla!
- no puedes
estar aquí – le dijo uno de los ancianos a Antón – será mejor que te retires
- pero él no
puede…
- retírate!
Antón apretó
su puño fuertemente y después de lanzarle una mirada asesina a su primo salió
del salón furioso…
- hazlo…
Andreu cogió
un pequeño cuchillo y corto su muñeca, los ancianos le ayudaron a colocar su
mano justo arriba de la boca de Marian, mientras el otro le abría la boca…
En ese mismo
instante la sangre empezó a brotar, este cayo despacio dentro de la boca de
Marian, al principio ella parecía ahogarse con la sangre llenando toda su boca,
pero después de unos segundos había empezado a tragar esta…
- por favor –
dijo Andreu rogando que ella se recuperara – por favor!
El anciano
que sostenía la mano de Andreu cubrió con su mano la herida que se había hecho
en la muñeca y cuando la soltó ya estaba curado…
- es
suficiente – dijo este
- ella va
estar bien?
- mira tú
mismo…
Era cierto,
Andreu había limpiado el rostro de Marian allí se podía ver una gran herida en
la cabeza, la cual ahora estaba cicatrizando…
- está
curándose
- ahora solo
debes dejar a tu sangre actuar, nosotros no tenemos nada más que hacer aquí…
Los ancianos
salieron y Teodorus entro…
- como esta?
- está
curándose
Andreu estaba
feliz, la vida o lo que él llamaba vida le había vuelto al cuerpo después de
ver que las heridas de su novia empezaban a borrarse…
- le hiciste
beber tu sangre?
Andreu
asintió…
- padre…
- dime
- no quise
preguntárselo a los ancianos, pero cuando ella despierte, será la misma?
- no lo sé,
esperemos que no cambie nada en ella, aún tiene que devolverle la vida al clan…
Andreu no se
refería a eso, le preocupaba el hecho de que no volviera a ser la misma, tan
risueña y hermosa, con esas mejillas rosadas que tanto adoraba, no quería que
su Marian cambiara y menos por su culpa…
- le diré a
Yelena que venga más tarde, va a necesitar que la ayuden a asearse…
- está bien…
- te dejo con
ella…
Andreu cogió
el pañuelo del suelo y volvió a terminar de limpiarle el rostro, dentro suyo rogaba
para que nada en su amada cambiara, aunque la seguiría amando de la misma
manera si aquello sucedía…
+*+
La fuerza de
la bofetada había echo que se estampara contra de aquella pared invisible…
Tomas había
sido golpeado por Gabriel, en aquel cuarto blanco, sin separaciones, un cuarto
que parecía no tener comienzo ni final, ni bien habían llegado a aquella parte
del cielo, Gabriel lo había castigado…
- como osaste
desobedecerme!! – le grito Gabriel
- lo siento –
dijo Tomas sobando su mejilla
- crees que
con eso basta?, ¿acaso no te imaginas lo que ahora debo hacer?
- por favor –
suplico poniéndose de rodillas – jamás volveré a desobedecerte – aunque sabía
que aquello era poco probable – lo juro
Gabriel hizo
un ademan con la mano y los demás arcángeles se fueron, dejándolo a los dos
solos…
- levántate –
le dijo el mayor
Tomas no quería,
pero debía obedecer…
- te lo
suplico – le imploro
- respóndeme
algo, acaso, estás enamorado de esa chica?
Aquella
pregunta le sorprendió…
- estás
enamorado de ella?
- no…
- ni siquiera
te crees esa respuesta
- no siento
nada por ella – dijo mintiéndose a sí mismo – al menos no romántico, la vi
crecer y el solo hecho de verla, prácticamente morir así, no lo pude soportar…
- espero que
estés siendo sincero…
- es cierto…
- no voy a
quitarte las alas
- gracias
- debería
hacer – dijo seriamente – pero no te volveré a pasar ni una más!
- no lo
volveré a hacer…
- más te vale
Gabriel se
estaba yendo, pero parándose en seco volteó hacia Tomas…
- tienes
prohibido acercarte a esa chica, nunca más volverás a verla…
Y al terminar
de decir esto emprendió el vuelo, dejando solo a Tomas…
- no puedo
hacerlo…
Tomas sabía
lo que se le venía encima si volvía a romper las reglas, pero en el fondo
también sabía lo que pasaría dentro suyo, si no volvía a ver a Marian…
+*+
Antón estaba
sentado en la torre más alta del castillo, miraba hacia ningún lugar, ya que su
mente divagaba entre sus recuerdos, los recuerdos de aquello noche…
*Flashback*
- nos están
atacando!!
La guardia corría
por todo el castillo, él no sabía hacia dónde dirigirse, normalmente su padre ordenaría
que cuiden de el, pero parecía que ahora no había tiempo para nada, salvo
correr…
-
Príncipe- le dijo uno de los
guardias principales de su padre
Un guardia
principal eran aquellos humanos que ofrecieron su vida para cuidar del clan, en
este cado los Moldoveanu. Ellos estaban para cuidar como prioridad a la descendencia
real, los fututos lideres del clan.
-
Su padre me envió recogerlo –
dijo el guardia
-
¿Qué está pasando?
-
Después de lo explico, ahora
debemos salir de aquí
El guardia lo
tomo de la mano y empezó a caminar de manera apresurada, si hubiera sido un
humano común y corriente aquel jalón lo habría hecho llorar, pero los vampiros
no conocían el dolor, al menos no por ese tipo de daño.
Estaban a
punto de llegar a la puerta que daba a la cripta, donde de seguro ya estarían
su madre, su hermana y sus primos, pero algo no los dejo seguir.
Una explosión
los hizo volar por los aires, Antón se dio contra una pared, mientras que su
guardia se había estampado contra una de las estatuas que adornaban el palacio.
Aquello si había
dolido.
-
Príncipe – su guardia se
encontraba ya a su lado, podía notarse que estaba herido, ¿pero no parecía
importarle – está usted bien?
Antón asintió
asustado…
-
Aquí esta el príncipe- se
escuchó una voz
-
¿Quiénes son ellos?
El guardia
puso a Antón detrás suyo, sabía que no podría protegerlo, pero nada evitaría
que lo intente.
Antón tuvo la
respuesta a su pregunta justo en ese instante, 2 hombres aparecieron detrás de
la humarada que había dejado la explosión.
-
Ángeles caídos- escucho que
dijo su guardia
Ángeles caídos. Había escuchado esas palabras de la boca de su
abuelo, de la boca de su padre, los ángeles caídos eran ángeles que habían desafiado
a dios y a los cuales le habían arrancado sus alas y habían sido condenados a
vivir en la tierra para siempre, pero claramente aquello no era vida, ya que
estaban malditos, dios no iba a permitir que otro ángel se convirtiera en
diablo, no podían amar, así que los castigó de tal manera que jamás podrían
crear vida o si quiera pensar en morir.
-
Sera mejor que se vayan ahora –
dijo el guardia – este palacio está protegido
-
¿Los arcángeles? – se burlo uno de ellos
-
Vendrán en cualquier momento
-
Por supuesto que vendrán – dijo
el ángel caído – pero no para defenderlos
En ese
momento uno de los hombres comenzó a acercarse a ellos.
-
Lo mejor será que me dejes llevarme
al príncipe – dijo este – no quiero matarte
-
No creas que será muy fácil
hacerlo
Su guardia lo
miro una ultima vez y saco una espada de la montura que tenía aferrada a su
cadera, en un segundo paso la palma de la mano por la punta de esta y la espada
se encendió.
Antón lo vio
correr hacia los ángeles caídos, lo vio luchar fuertemente, si no hubieran sido
2 contra los que luchaba, quizás habría podido ganar.
Antón vio a
su guardia caer, vio como su cuello era cortado por aquellos hombres.
-
Es hora de irnos…
-
La señorita estará feliz de
verte príncipe.
*Fin
flashback*
Antón abrió
los ojos, no quería recordar más, recordaba ese día como ninguno, el día del
inicio del final de su familia, aquel día empezó la maldición de los Moldoveanu.
Y todo había
sido su culpa.
+*+
Marian veía como pasaban uno a uno los recuerdos de su infancia, podía ver su historia, desde el
principio, todo pasaba tan deprisa, como si huyeran de su mente, como si su
cerebro le dejara ver por última vez lo que fue de su vida humana.
Pero ella no quería
olvidar, no quería hacerlos, quería recordar a su padre, a su hermano pequeño,
y Andreu…
Era acaso,
¿que estaba muriendo?
Cuando estaba
en la escuela sus amigas hablaban de la muerte, algunas decían que al morir una
veía su vida pasar en un instante, ay que es como la despedida...
-
Se está moviendo…
Pero si
estaba muriendo, ¿porque aun podía escuchar aquella voz?
-
Debo cambiarla, así que retírate…
Aunque aún no odia reconocer ninguna voz, la
que habla era Yelena…
-
¿Me dirás si despierta?
-
Andreu por favor – dijo algo molesta – yo también estoy asustada, así que
no me estreses más y salte.
-
Está bien
Andreu tomo la mano de Marian una última vez
y salió del cuarto.
-
Mi hermano te ama mucho – le dijo Yelena mientras sacaba un vestido nuevo
del closet – él no está pensando en el clan ni nada más, solo piensa en ti, por
favor recupérate
Yelena se había encariñado con Marian, de la
misma manera que Andreu. Ambos la habían visto crecer, ambos sabían cómo era y
la buena muchacha que era y a ambos les dolía que tuvieran que retenerla a la
fuerza allí, pero no había otra opción y tampoco era su decisión.
Marian sabía que alguien la amaba… podía
sentirlo, aunque justo en ese instante no sabía quién era, podía sentir su
corazón latir ante ese pensamiento, aquello significa que ella le correspondía.
-
El amor…
Aquella voz no había sonado lejana. Marian
abrió los ojos en subconsciente y se vio en parada en un salón, un gran salón…
-
¿Dónde estoy? – pregunto asustada
Giro hacia alrededor y no había nadie…
-
El amor es el mejor regalo que nos
dio el creador…
Marian volteo y vio a una mujer parada en
frente suyo…
-
¿Quién es usted?
La mujer solo le sonrió…
-
Si el amor es un regalo de dios,
porque me castigaron quitándomelo
-
No entiendo, ¿quién es usted?
-
Mi nombre es Anzhelika….
*+*
Varias horas habían pasado….
Todos los Moldoveanu estaban alrededor de
aquella cama, esperando que Marian despertara, todos preocupados, aunque por
muy diferente motivo…
-
Su respiración se ha normalizado – dijo uno de los ancianos – sus latidos
están calmados, en cualquier momento despertara.
Antón estaba asustado…
Había visto que le pesaba a un vampiro de
sangre pura cuando bebía la sangre de otro y aquello no había sido también su
culpa.
-
Marian…
Aquella había sido la voz de Andreu…
Este corrió hacia la cama y tomo la mano de
su prometida…
Marian abrió los ojos…
Estaba despierta…
Pero aún no mencionaba ninguna palabra…
Miraba el techo de aquel cuarto, que era el
suyo…
-
Marian?
-
Le volvió a llamar Andreu
Esta escucho su nombre y volteo a verlo, en
ese momento una sonrisa se esbozó en su rostro…
Andreu sintió como unas lágrimas se
acumulaban en sus ojos, su Marian estaba ahí, nada en ella había cambiado…
Absolutamente nada…
-
Gracias… - dijo Marian aun sonriendo – me salvaste
Andreu no aguanto más y la abrazo, había
pasado mucho tiempo pensando que la perdería, pero ella nunca se había ido,
jamás se iría de su lado.
Todos en la habitación sintieron como la
tensión en sus cuerpos se esfumaba…
-
Es bueno que sigas siendo tu…
El líder del clan se había acercado hasta la
cama de Marian…
-
Suena egoísta, pero eres la única persona que puede quitarnos la
maldición de encima…
-
Papa – dijo Andreu – dejémosla descansar, aun esta
-
No quiero molestarla – dijo su padre –pero hay cosas que debe saber
Marian se sentó en la cama, Andreu la ayuda a
recostarse en el respaldar…
-
Estoy bien – le dijo a su prometido – también quiero saber, porque tuve
un sueño muy raro mientras estaba inconsciente
-
¿Qué sueño? – le pregunto este
-
Una mujer… me llamaba…
-
¿Una mujer?
-
Angélica…
La mayoría tembló ante aquel nombre…
-
No – se corrigió Marian – se llamaba Anzhelika
Antón dio media vuelta y salió del cuarto…
-
¿Soñaste con ella? – le pregunto
Teodorus
-
¿Quién es ella?
-
Ella fue… Anzhelika fue mi hermana y la culpable de toda la maldición
Moldoveanu…
*+*
Antón camino unos pasos lejos de aquel
cuarto, lejos de la mención de su tía…
Porque le dolía recordarlo…
Recordar…
*/Flashback/*
Antón estaba siendo arrastrado por aquellos ángeles
caídos, había visto morir a su guardia, había visto morir a muchas personas hoy…
-
Señorita – dijo uno de los hombres lanzándolo al suelo – ¡aquí esta!
-
Por favor – dijo la mujer y el reconoció aquella voz – trátenlo bien, es
el futuro rey del clan
Antón que había agachado la cabeza al caer al
suelo, la levanto y vio justo al frente suyo a su tía…
-
Me vas ayudar otra vez, ¿verdad? – Anzhelika se puso en cuclillas para
estar cara a cara con el – si lo haces, te salvaras…
-
¡Hijo!!
Aquel grito había sido el de su padre, volteo
a verlo y este llevaba su ropa manchada de sangre…
-
¡Suelta a mi hijo! – le grito a su
hermana
Anzhelika se puso de pie y camino justo para
ponerse delante de Antón…
-
No lo creo – dijo ella
-
No debiste haber vuelto – dijo Mijaíl Moldoveanu – si escapaste, debiste
haber huido lejos
-
Sabes que no lo iba hacer – Anzhelika miro a los 2 hombres que tenía al
lado – ¡mátenlo!
-
¡Papa!! – grito Antón
Para el primogénito del clan Moldoveanu no
fue difícil acaba con aquellos caídos.
Anzhelika tomo una espada y se lanzó contra
su hermano, ambos peleando de igual a igual, inclusive Anzhelika siendo mucho
mejor…
-
Llévenselo – le grito a uno de los caídos que llegaba a ayudarla
Antón fue levantado del suelo y aquello
distrajo a su padre en ese momento Anzhelika, le hundía la espada por la espalda,
atravesándolo.
-
Que se siente morir – le dijo a su oído mientras lo retenía pegado a ella
– supongo que el habrá sentido lo mismo después de lo que lo mataras.
-
No podrás ganar – le dijo su hermano sintiendo como el dolor se llevaba
su vida
-
Ganare y será gracias tu propio hijo, porque fue el, quien me ayudo a
escapar…
Mijaíl miró a su hijo y Anzhelika hundió sus
dientes en su cuello…
Su padre cayó muerto al instante, pero
Anzhelika aún estaba parada a su lado, limpiándose la sangre de la boca…
-
Acabemos con esto…
Antón la vio caminar hacia adentro del
castillo, bañada en sangre y con una espada en la mano…
En ese momento se dio cuenta que aquello había
sido toda su culpa…