Pintura que estaban admirando Zhan y Yibo. Su nombre es WangXian.
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一 (01)
一 (01)
El sonido del guqin inundaba el salón,
comúnmente las melodías del guqin sonaban hermosas, era un placer para el oído
de cualquier persona, claro que el intérprete debía sentir felicidad si deseaba
expresar lo mismo a través de los finos hilos del instrumento. Pero este no era
el caso, no.
La melodía que se emitía, era oscura, dolorosa,
contaba una historia triste, lastimaba al que la escuchara, pero al joven intérprete
no parecía interesarle, movía sus manos por los hilos sin que nada lo
perturbara, solo quería expresar su dolor de aquella manera. Muchas veces le habían
dicho que su rostro no podía expresar sus sentimientos, pero sabía, que el
guqin que tocaba justo ahora, podía expresar muy bien cuan lastimado se
encontraba su corazón.
-
Wangi!!
Un grito; pudo escucharlo, pero lo ignoro,
después de todo quien podría reclamarle, cuando había sido él, el primero en
ser ignorado.
-
¡Por favor! – se escuchó una súplica – por favor hermano, estas lastimándote…
El interpreto nuevamente ignoro las palabras de
su hermano mayor, aunque sabía que sus dedos sangraban en abundancia, pero el
sangrado de su alma rota en mil pedazos estaba 1000 veces más lastimado.
-
No va a regresar hermano – el muchacho tapo sus oídos
La melodía lastimaba no solo al interprete,
sino a todo aquel que le escuchara, era una canción específica para lastimarse
y lastimar.
-
Inquiry no funcionara, lo siento, lo
siento mucho
Y tenía muchas cosas por las que pedir perdón,
muchos actos cometidos, el primer y el más letal de todos, haber separado a su
hermano de lo que él pensaba solo le traería dolor, quien era el para decidir
que lo dañaba o que era mejor para él.
Nadie nunca entendería cuán importante era su
amor, cuán grande era el lazo que compartía con su otra mitad.
Inquirí, una melodía específica para llamar a
un ser del otro mundo, una melodía que consumía aquel que lo escuchara, ya que
se debía pagar un precio.
Y el intérprete estaba dispuesto a pagarlo,
todo valía la pena si podía escucharlo solo una vez más. Solo una vez más.
Muchos gritos se escucharon afuera del palacio,
podía sentir como este se sacudía.
-
Destruirás este mundo – le dijo su hermano
Pero al interprete no le importo, ni siquiera
lo escuchaba, por más que quisiera ver el daño que estaba causando estaba
nublado y no solo por las muchas lágrimas que escapan de sus ojos, estaba por
el dolor y la perdida, por el deseo de recuperar lo que había perdido.
Lo que le habían arrebatado.
Toda su vida había cuidado que todos fueran
felices, que respiran armonía, nunca había deseado algo para él, más que la
felicidad y bienestar de los demás. Y la primera vez que deseo algo, que amo
algo, se lo quitaron porque pensaron que no le convenía, que lo dañaría, acaso
no sabían que arrebatándoselo lo condenarían a un dolor peor que la muerte, como
es que aquellas personas que decían amarlo, lo había dañado de aquella manera.
Por su culpa estaba roto, sintiendo dolor y rencor
dentro suyo, por eso quería devolverles el mismo dolor, aunque sabía que jamás
podrían llegar a sentir el mismo dolor que él estaba sintiendo.
-
Lo siento – el muchacho cayo de rodillas
llorando – pensé que ayudaba, pensé que
te lastimaría menos
El palacio empezó a moverse de manera más
brusca.
-
¡Tenemos que salir de aquí! – grito – si
te que das, morirás
El interpreto ya lo sabía, era una opción más
que recibida, si eso lo llevaba junto a él, junto a su amor, junto a su otra
mitad.
Muchos pueden decir que en la vida se han
enamorado muchas veces, pero amor, ese amor del que hablan en los libros, el
amor de un corazón, ese solo era para una persona. Podían regocijarse por
conocer el placer, pero solo el, había encontrado ese amor.
Porque desde la primera vez que lo había visto,
su corazón se había partido, pero no para lastimarlo, sino para dárselo, ambos
compartían un corazón, ese era el especial amor que solo cada 1000 años alguien
en el mundo podía sentir. Nadie le pregunto cuán grande era su amor, cuan
dañado podía estar si se lo arrebataban, la mayoría asumió que había lo que
debía hacer y le destrozaron el cuerpo y el alma en el trayecto.
Wangi sabía que iba a morir, lo sabía y lo
anhelaba, porque solo así podría reencontrase con su otra mitad, en el mas allá
en ese mundo que, aunque oscuro ambos le darían luz, allí nadie podría separarlos
nunca.
El muchacho que estaba en suelo llorando se levantó
y miro a su pequeño hermano, entendió que no había vuelta atrás para sus
errores y que su hermano iba a morir para encontrarse con su persona.
No había más que hacer.
El muchacho miro la piedra que estaba en altar
del palacio y con las ultimas fuerzas que le quedaban salto y la cogió, al caer
al suelo el dolor fue enorme, pero se levantó y miro a su hermano una última
vez.
-
No puedo retroceder el tiempo – le dijo dándole la espalda – pero te construiré un mejor futuro –
dijo mirando aquella piedra – lo prometo.
El muchacho camino hacia la salida con la poca
fuerza que le quedaba. Lo prometo Wangi,
se dijo a sí mismo, te prometo que nadie
nunca más lo separara.
Nuestro interprete siguió tocando con más
esmero, rogando que llegara el momento para poder volver a ver.
-
Lanzhan…
Por primera vez Wangi abrió sus ojos y pudo
verlo frente a él, la misma sonrisa que lo había enamorado, que aún le quitaba
el aliento.
-
Solo un poco más – le dijo
Wangi le respondió con una sonrisa y siguió
tocando, en un momento su amado se colocó tras él y lo abrazo.
Wangi sabía, sabía que se reencontraría con él
y aquello después de mucho tiempo lo lleno de felicidad, así que apoyo su
cabeza en los abrazos de su amado y se preparó para su nuevo comienzo, uno que
empezaba con un final.
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El muchacho de túnicas blancas, manchadas de
sangre y polvo salió justo cuando el palacio termino de derrumbarse.
Afuera en las escaleras de esta, había personas
en el piso. Muertas por el dolor de la melodía de aquel guqin que antes los
había hecho muy felices.
El muchacho siguió su camino, sin mirar atrás,
desde ahora dedicaría su vida y más allá de esta para cumplir su promesa.
*+*+*+*+*
-
Y
es así como el emperador decidió morir para acompañar a su amada…
Todos estaban muy atentos, aquella historia era
fascínate…
-
El
hermano de nuestro emperador se encargó la reconstrucción del palacio y nombro
al siguiente emperador chino, pero la magia se había muerto con el ultimo, así
que desde esa época los emperadores pasaron a ser una generación de gente
común.
-
¿Qué paso con el hermano del
emperador? – pregunto uno de los jóvenes
-
Desapareció
una vez la dinastía china fuera restaurada, nadie supo más de el
Todos suspiraron, aquella había sido una triste
historia.
-
Síganme
y les mostrare más cuadros antiguos, bocetos de los dibujos que pintaron en
honor a su majestad el emperador y su amada
La guía camino adelantándoles un paso a los
jóvenes, pero no se dio cuenta que uno de los jóvenes se había quedado en su
lugar sin moverse.
-
Zhan!
– le llamo su amigo, volviendo a donde estaba después que se diera cuenta que
lo había dejado atrás
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Xiao Zhan 18 años cumplidos, estaba en el
último año del instituto, tenía el cabello corto y era muy guapo, era soñador,
alegre y hacia amigos muy fácil.
Ese mismo muchacho se había quedado prendado no
solo de la historia que había contado la guía acerca del amor eterno del
emperador, sino también de aquel recuadro, no podía alejar su vista de este.
-
¿Te
encuentras bien? – le pregunto su amigo
-
Zhuocheng
– le respondió sin mirarlo – no sientes como si este cuadro contara una
historia?
-
Si
– respondió este – la que nos contó la guía
-
No,
siento que cuenta algo mas
Su amigo volvió a mirar el cuadro y no, la
verdad es que nada se le vino a la mente.
-
Ya
sabes que no soy nada romántico, para esos estas tú, según tú, que piensas que
cuente
-
No
sabría expresarlo con palabras, pero al mirarlo, escucho una melodía triste
-
Estas
empezando a desvariar, vámonos, que el maestro se va enojar.
Zhuocheng cogió del brazo a su amigo y lo jalo
hacia donde estaban los demás alumnos, a Xiao Zhan le dolió separarse del
cuadro y no podía explicar exactamente por qué.
*
Al instante que Zhan era jalado por su amigo,
una figura un poco más alta que él se quedó viendo la pintura, no había notado
al joven anterior, solo había sentido una especie de llamado desde que había
entrado al museo, sus piernas lo habían guiado a donde estaba la pintura.
-
¿Es
hermosa verdad?
Una mujer algo mayo se puso a su lado y le puso
una mano sobre el hombro.
-
Una
trágica historia de amor, pero un amor que ni siquiera la muerte pudo separar…
-
Un amor eterno – dijo el muchacho
-
Exacto
Yibo, un amor eterno.
*/*
“Wang Yibo 18 años, vivió toda su vida en el
extranjero, se muda a china cuando su padre fallece, es serio, recto y le gusta
la disciplina, así como ser el mejor de la clase, aunque aquello le salga
natural, no tiene amigos y le es difícil comunicarse.”
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