Nombre de la Pintura: "Lǐngdài" (領帶/Lazo)
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额外 (三) / Extra 03
*/ Pasado /*
El dulce aroma del loto
(Xicheng)
El aroma del
amanecer había traído un nuevo día.
Jiang Cheng se había
levantado muy temprano con las intenciones de irse, después de descansar toda
la noche su energía se había restablecido casi por completo. Al despertar pensó
que podía escabullirse y no ser notado por el hombre que lo había salvado,
quizás sería algo grosero hacerlo, pero después de todo lo que le había pasado
a su familia, “confiar” ya no era una opción. Quiso levantarse y noto que algo cubría
su cuerpo, era un abrigo blanco con franjas azules en los bordes,
definitivamente no era suyo, era hora irse, miro hacia todos lados y grande fue
su sorpresa al ver que su salvador ya estaba despierto, justo ahora meditaba, tenía
las piernas cruzadas y las manos apoyadas en sus rodillas. Jiang Cheng se dio
permiso para observarlo mejor.
A grandes rasgos
podría decirse que era un hombre apuesto, llevaba una túnica blanca, un adorno
en su cabello evitaba que este callera totalmente suelto, una cinta blanca unos
patrones de nubes rodeaba su frente, aquella vestimenta, él había escuchado
sobre el clan que poseía ese tipo de vestimentas, lastimosamente no parecía recordarlo
ahora.
-
Buenos días…
Jiang Cheng
estaba tan ensimismado mirando la cinta del hombre, que no se dio cuenta que
este había abierto los ojos, justo ahora lo miraba con una sonrisa en los ojos.
-
Buenos días – respondió Jiang
Cheng
-
¿Tienes hambre? – le pregunto
-
Sí, pero me tocara esperar hasta llegar a mi
casa, gracias por tu ayuda – se levantó recogiendo con el abrigo que lo había
cubierto del frio – gracias – se lo extendió a su acompañante
-
Tengo comida en mi bolso – dijo
tomando el abrigo – porque no comemos algo antes de partir
-
No gracias, espera… - Jiang Cheng
había escuchado bien – antes de partir dijiste, ¿o sea nosotros dos? – por si no había entendido, Jiang Cheng lo
señalo y luego se señaló el mismo
-
Pensé que esos hombres podrían
estar buscándote, no estaré tranquilo hasta que te deje en tu casa
-
Mira, te agradezco en serio todo
lo que hiciste por mí y en mi próxima vida si nos encontramos te salvare la
vida también
Aquello genero
una sonrisa en Lan Huan…
-
Pero ya me siento mejor, creo que
puedo montar mi espada perfectamente
-
¿Eres cultivador?
Jiang Cheng había
metido la pata, él no tenía que andar pregonando su estatus.
-
No te preocupes, cuando te cargue
pude sentir tu núcleo dorado
Jiang Cheng
sintió sus mejillas calentarse, recordaba muy bien ese momento y le molestaba
mucho, él no era una doncella para que lo anduvieran cargando de esa manera.
-
Estaba muy lastimado – siguió
hablando – sería mejor que lo cuidaras
-
Tú también eres cultivador, ¿verdad?
Lan Huan no podía
decirle quien era, ya que su rango estaba muy por encima de un simple
cultivador de energía, el pertenecía a la dinastía Lan, la nobleza inmortal.
-
Si – tuvo que mentirle
-
Tus ropas – dijo Jiang Cheng –
creo que mi madre me hablo en algún momento de estas, a que clan perteneces
-
Soy un aprendiz de la secta Gusu
Lan
Aquello dejo en
shock a Jiang Cheng.
-
Entonces sirves al imperio…
-
Lo hacía, ahora soy algo así como
un cultivador errante
-
Supongo que varios desertaron
después de la muerte del emperador
Todos habían
oído de la tragedia en el palacio, pero el suicidio de emperador y la muerte de
todo el consejo, había sido cubierto, él se había encargado de decir que una
tragedia había ocurrido ese día, ocasionado la muerte del emperador y su
consejo, así como varios nobles que habían sido invitados aquel día al palacio.
-
El nuevo emperador es una persona
sensata…
Lan Huan estaba
seguro de aquello, después de todo él se había encargado de ponerlo en el
trono, hasta ahí terminaba su trabajo con el imperio, ahora tenía un trabajo más
importante, recordó una vez más a su hermano y sin darse cuenta su mano fue
hasta su cintura, donde estaba la piedra, aquella piedra le ayudaría a enmendar
su error.
-
Yo pertenezco al clan Yunmeng Jiang
– dijo sentándose otra vez en el suelo justo frente a Lan Huan
Lan Huan conocía
aquella secta, jamás se había presentado ante ella, pero la conocía muy bien,
la flor de loto los representaba, al igual que el color morado y aquello podía
verlo en las túnicas del joven frente suyo.
Por su parte
Jiang Cheng había empezado a sentir un poco más de confianza al escuchar de que
secta pertenecía Lan Huan, después de todo la secta Gusu Lan eran muy estrictas
y tenían más de 3000 reglas, una de ellas era “no mentir”.
-
¿Aceptaras que te acompañe
entonces? – pregunto Lan Huan
entregándole una bolsa de papel
-
Si – dijo recibiendo la bolsa –
gracias
Lan Huan volvió
a sonreír y Jiang Cheng pensó que ese chico amaba sonreír, por eso lo hacía a
menudo, no sabía que en el fondo Lan Huan tenía una pena muy grande y si aún
sonreía era porque tenía la esperanza arreglar aquello.
*/*
Después de
comer, había llegado el momento para irse, Lan Huan quiso ayudar a subir a
Jiang Cheng al caballo.
-
¿No podemos caminar? – dijo el muchacho de túnicas moradas
-
*Hubei está muy lejos
-
Ya sé, pero…
La realidad era
que no quería estar en ese caballo con Lan Huan, el día anterior había sido muy
incómodo y eso que habían estado huyendo, pero ahora estaban tranquilos, podían
ir despacio, lo que significaría estar demasiado pegado a él.
-
Prometo no hablarte, si eso es lo
que te molesta
-
No es eso – Jiang Cheng sentía sus
mejillas arder nuevamente – ya no importa, ayúdame a subir
Lan Huan volvió
a sonreír, era extraño como aquel jovencito formaba sonrisas constantes en su
rostro. Obedeciendo a Jiang Cheng, Lan Huan lo tomo de las caderas y lo puso en
el caballo. Jiang Cheng no sabía si a estas alturas aquel joven ya había visto
lo roja que debía estar su cara, pero si se dio cuenta o no, Lan Huan no
menciono nada al respecto.
Después de
subirlo acomodo su bolso en el lomo del caballo y subió a este, colocándose
delante de Jiang Cheng, sabia lo incomodo que había sido el viaje la noche
anterior, porque para él también había sido incomodo, por eso quería aligerar
aquel momento para su compañero. Jiang Cheng agradeció en sus adentros aquel
detalle, no solo por la incomodidad, sino que su rostro parecía no darle tregua
y aun lo sentía en llamas y lo menso que quería en ese momento era ser
observado.
Cuando la cabalgata
comenzó Jiang Cheng sintió que su cuerpo se echaba para atrás por el impulso
que había tomado el caballo, así que automáticamente y sin pensarlo enredo sus
manos por la cintura de Lan Huan.
Lan Huan sintió
un vuelco en su pecho cuando sintió los brazos de Jiang Cheng aferrarse a su
cintura.
-
Lo siento – dijo sin soltarse –
pero tengo miedo a caer
-
No te preocupes…
El camino de
vuelta fue muy incómodo para ambos y esta vez no era por la posición, sino por
lo que este tipo de cercanía y roce estaba produciendo en su interior.
Jiang Cheng había
estado divagando en el aroma de Lan Huan, un olor a lavanda, había estado tan
concentrado en inhalar su aroma, que había reposado su cabeza en la espalda de
este. Y no había sido el único, Lan Huan también podía sentir el aroma de loto
que el muchacho desprendía.
Tan embriagante,
tan dulce…
Que era lo que
le estaba pasando con ese muchacho.
*/*
Llegaron a Hubei
ya entrada la noche, solo se habían detenido en una posada para almorzar,
habían tratado de hablar lo menos posible, ambos estaban muy confundidos y lo
menos que necesitaban en ese momento era compartir palabras y miradas.
Al llegar a la
entrada de Hubei, Jiang Cheng le había pedido que lo ayudara a bajar del
caballo. Quería mirar su ciudad, amaba aquel lugar.
Lan Huan vio la
mirada de orgullo y añoranza en el rostro de Jiang Cheng, tan hermosa mirada
que no pudo despegar sus ojos de su rostro, un hermoso rostro, su cabello caía
un poco por su cara, ya que no había tenido tiempo de volver a peinarse.
-
¡Joven amante!!
Ambos giraron
hacia aquella voz, una mujer de al menos unos 40 años se acercó corriendo a
ellos, su vestimenta también era morada, pero a diferencia de la túnica de
Jiang Cheng que tenía un morado fuerte, el morado de sus prendas era más bajo,
mas pálido, de su cintura colgaba un adorno con una flor de loto.
-
Nana, ¡no me digas así!
La señora abrazo
al muchacho, empezando a sollozar.
-
Pensamos que nunca lo volveríamos
a ver…
-
Tranquila nana, aquí estoy – Jiang
Cheng le estaba devolviendo el abrazo
-
Su padre ha mandado varias
guardias a buscarlo – la mujer lo soltó – su madre casi asesina con *zidian a sus oficiales
-
No es su culpa que nos emboscaran,
la llamada de auxilio había sido una trampa
-
Pero lo bueno es que usted está
aquí mi joven amante…
-
¡Nana!
Lan Huan estaba
pendiente de cada movimiento, la nana de los Jiang no lo había notado.
-
Con tu permiso – dijo Lan Huan
llamando la atención de Jiang Cheng – creo que llego el momento de irme
La nana lo miro
de pies a cabeza…
-
Si – dijo Jiang Cheng sonando algo
triste, algo que no paso desapercibido para la mujer que lo había criado
-
Joven – dijo la señora – me
presento, soy la sirvienta principal del clan Yunmeng Jiang
-
Mi nombre es Lan Huan, aprendiz de
la secta Gusu Lan
-
Gusu Lan? – aquello era
maravilloso pensó la nana
-
Gracias a él, estoy vivo Nana –
dijo Jiang Cheng sonriéndole
Por primera vez
Lan Huan vio la sonrisa del muchacho de morado, no podía negar que era muy
hermosa, podría acostumbrarse a esta.
-
Entonces no puede irse – dijo la
nana – los amos Jiang jamás me perdonarían que dejara ir al salvador de la
joven amante…
-
¡Nana!! – Jiang Cheng dio un
pequeño grito, pero al ver la cara de su nana suavizo sus palabras – no me
digas así, por favor
-
Está bien heredero de la secta
Jiang
Prefería que lo
llamara de esa manera, a que lo siga llamando joven amante.
-
Como decía, por favor joven Lan,
acepte ser nuestro invitado, al menos por esta noche, la secta Yunmeng Jiang está
en deuda con usted
Lan Huan miro a
Jiang Cheng y este evitaba su mirada al mismo tiempo que un sonrojo volvía a
cubrir sus mejillas, no era que no lo había visto antes, solo que no había
querido tocar el tema, estaba seguro que si lo hacia el muchacho sentiría mucha
vergüenza.
Alguien que
también noto el sonrojo de Jiang Cheng fue su nana.
-
Muchas gracias – dijo Lan Huan
-
Muy bien, ¡vamos a la mansión!
La nana
automáticamente cruzo el brazo con Jiang Cheng mientras guiaban el camino a la
mansión Jiang Cheng.
*/*
La mansión no
estaba lejos del pueblo, se encontraba una colina arriba de donde acababa el
pueblo de Hubei, al llegar Lan Huan vio una entrada enorme y en la parte arriba
un loto
con el nombre de “Lotus Pier” en medio.
Unos guardias
vigilaban la entrada, los cuales cuando vieron a Jiang Cheng entraron corriendo
adentro de la mansión, Lan Huan suponía que era para dar aviso.
“Lotus Pier” era
hermoso, al entrar lo primero que te recibía era una entrada cubierta de
flores, a un lado de este, un lago enorme, el cual al parecer rodeaba la
mansión.
-
¡A Cheng!!!
Una muchacha
venia corriendo hacia ellos, al acercarse pudo notar cierto parecido con Jiang
Cheng, aunque la muchacha tenía los ojos hinchados, al parecer por tanto
llorar. Cuando estuvo frente a ellos se lanzó a los brazos de Jiang Cheng el
cual la abrazo con el mismo entusiasmo.
Aquella escena
parecía tan íntima que Lan Huan decidió no mirar, aunque le genero cierta
incomodidad, una incomodidad que no podía explicar.
-
*Jiě! – dijo Jiang Cheng mientras la soltaba
para volver a abrazarla
Lan Huan esta
vez sí miro, ya que aquella muchacha era la hermana de Jiang Cheng.
Detrás de ella
empezaron a aparecer más gente, en medio dos personas con el mismo tono morados
en sus túnicas, Lan Huan estaba seguro que eran los líderes del clan.
-
Hijo…
Ahora fue el
turno del abrazo del padre, la madre sin en cambio lo miro detenidamente por
varios segundos antes de abrazarlo muy fuerte, susurrando “si esos malditos Wen te hacían algo, habría quemado sus cuerpos hasta volverlos
cenizas”.
Definitivamente
la señora Jiang era de armas tomar.
-
Mi señor, mi señora – dijo la nana
– les presento al joven Lan Huan, aprendiz de la secta Gusu Lan
-
Gusu Lan? – la señora Jiang lo
miro detenidamente
-
El joven Lan ayudo a nuestro heredero
allegar a salvo aquí, sin él no estaría aquí
Si era cierto,
pero Jiang Cheng notaba como su Nana ponía énfasis en todo lo que decía.
-
Mi secta está en deuda con usted
de por vida joven Lan – dijo el líder – mi nombre Jiang FengMian, líder de la
secta Yunmeng Jiang
Una reverencia
por parte de ambos.
-
Solo hice lo que debía mi estimado
señor – dijo Lan Huan
-
Pero haciendo eso ha devuelto la
paz a mi familia – dijo la señora haciendo una reverencia también – Mi nombre
es Yu Ziyuan
Todos los
presentes excepto Lan Huan se sorprendieron, la Dama Yu no era de dar gracias y
mucho reverenciar a nadie, no era una mala persona, pero como siempre decía,
“su respeto debía ganarse, no imponerse”, así que Lan Huan se había ganado su
respeto.
-
Dania – dijo la dama Yu
refiriéndose a su sirvienta – manda a preparar una invitación para nuestro
invitado
-
Si mi señora – la sirvienta entro
a la mansión
-
Por ahora pasemos adentro – dijo
el líder – hemos mandado a preparar una cena para celebrar el regreso de
nuestro hijo
La muchacha que
en teoría era hermana de Jiang Cheng no había soltado su brazo cuando hubieron
entrado a la mansión, ya dentro FengMian los guio al salón.
*/*
Estuvieron
conversando un momento, hasta que le dijeron a Lan Huan que su habitación estaba
lista, inclusive habían preparado una tina con agua caliente para que se
aseara. Así que despidiéndose siguió a la sirvienta hasta su cuarto.
-
Jamás había visto alguien de la
secta Gusu Lan – dijo la muchacha
Jiang Cheng
también había sido mandado a cuarto para que se aseara antes de la cena.
-
La secta Lan – dijo Jiang FengMian
– son como monjes en claustro, solo sirven al emperador y su familia
-
Yanli – dijo la dama Yu – sería
una buena idea si podemos concretar un matrimonio con ese muchacho, ¿qué
opinas?
-
Madre – la muchacha cambio sus
sonrisas por un semblante triste
-
Mi señora – dijo FengMian –
recuerda que el joven Jin pidió permiso para cortejar a nuestra hija
-
Lo sé, pero un Lan…
-
Madre, por favor…
-
Tranquila, jamás te obligaría a
casarte, era solo una idea que rondaba por mi cabeza, no tienes que aceptarla si
no quieres
-
Gracias madre, voy a ver si a
Cheng ya está listo
Yanli salió de
manera tranquila del salón, dejando a sus padres.
-
Dime si me equivoco, pero una
unión entre las sectas Lan y Jiang serian un gran honor – dijo la dama Yu
-
Lo serian – concordó su esposo –
pero no tenemos a quien ofrecerles, a menos de que tengamos otra hija
La dama Yu se
sonrojo al mismo tiempo que apretaba el anillo que tenía en la mano izquierda y
de este salían unos rayos.
Su marido sonrió
ante aquello, le encantaba molestar a su esposa, a pesar de los años que
llevaban de matrimonio, FengMian aun adoraba verla sonrojar o enojarse.
Jiang Cheng
tenía el mismo carácter, ambos como un conejo lindo algo malhumorado.
*/*
Yanli toco la
puerta del cuarto de su hermana y entro cuando este la invitara a pasar.
-
¿Estás listo? – le pregunto al verlo amarrar la trenza que
llevaba a cada extremo de su cabello
-
Si – respondió este
-
Estoy feliz que estés de vuelta,
todos pensamos lo peor
-
Yo también – dijo Jiang Cheng –
pero lo importante es que estoy aquí
-
Si – acaricio la mejilla de su
hermano menor – gracias ese muchacho
-
Si
Jiang Cheng sonrió
y su hermana lo noto, ya que su hermano no sonreía a menudo, menos cuando
hablaba de otra persona, por lo general solo ella y su nana lo hacia sonreír,
pero ahora parecía sonreír por la sola mención de aquel muchacho.
-
Sabes – dijo Yanli – mama menciono
que sería un gran honor concretar una unión con la secta Lan
-
¿Unión? – a que se refería con eso
-
Matrimonio, me pregunto qué
opinaba acerca de casarme con el joven Lan Huan
-
Casarte…
La expresión de
Jiang Cheng cambio totalmente, incluso su hermana no pudo leerlo, ¿acaso estaba
triste?, o enojado?
-
¿Qué te parece la idea? – le pregunto
-
¡No deberías casarte a la fuerza!
-
Jamás lo haría
-
Estas pensando en casarte con…
Yanli no quería
hacer sufrir a su hermano, porque podía ver en su mirada algo parecido al
dolor.
-
No – respondió rotundamente –
primero porque Zixuan existe y sabes que es la persona que amo y segundo…
Yanli miro a su
hermano unos segundos.
-
Jamás lastimaría a mi hermano…
Yanli sonrió y
salió de su cuarto.
Jiang Cheng se
quedó confundido, que era lo que su hermana había tratado de insinuar, con
lastimarlo?
La persona con
la que ella elija casarse no le causaría dolor, bueno si la extrañaría cuando
se fuera, después de todo es su hermana mayor, pero estaba seguro que no era
eso a lo que ella se refería.
Acaso estaba
insinuando que…
-
Tonterías – dijo Jiang Cheng
tratando de olvidar aquellos pensamientos
Jiang Cheng salió
de su cuarto e iba ir al comedor, pero el aroma lavanda lo invadió, como si
hubiera estado poseído camino en dirección hacia donde el aroma lo guiaba.
Cuando se dio
cuenta de lo que hacía se detuvo frente a una puerta, estaba seguro que aquel
era un cuarto que se preparaba para los invitados, también estaba seguro que
Lan Huan estaba allí, debía irse, no día estar allí.
*/*
Lan Huan había terminado
de ponerse su túnica y ahora tenía en su mano su cinta, la cinta que
representaba su rango, su estatus y aquella cinta que solo debía ser entregada
a su alma gemela, recordaba claramente cuando Wangi le había contado que le había
entregado su cinta a Weiying.
Su hermano le había
gritado que no conocía el amor y a menos que lo conociera jamás habría de
entender todo el dolor que estaba sintiendo.
Y era cierto…
Jamás se había
enamorado, no había tenido tiempo de hacerlos, después de la muerte de su padre
había volcado toda su atención hacia su hermano, lo cuidaba y lo guiaba, lo
acompañaba y aconsejaba, su felicidad se había vuelto su prioridad antes que la
suya.
Cuando había
dejado de ser su prioridad que su hermano fuera feliz.
El sonido de la
puerta lo saco de sus pensamientos.
-
Adelante – dijo Lan Huan
Volteo a ver quién
ingresaba y se sorprendió al ver a Jiang Cheng allí, parecía algo nervioso.
-
¿Sucede algo? – le pregunto
-
Mi madre – dijo mintiendo – me
mando a ver si ya estabas listo
-
Si, solo dame un momento…
Lan Huan estiro
la cinta y trato de ponérsela, pero al tener el cabello mojado esta se
resbalaba.
-
Déjame ayudarte…
Lan Huan no
imagino lo que sucedería después, Jiang Cheng había tocado su cinta, lo que
hizo que el gire rápidamente hacia él, la cinta resbalo y paso totalmente a ser
retenida por las manos de Jiang Cheng.
Lan Huan se le
quedo mirando de una manera intensa…
Sin darse cuenta
de sus actos tomo un extremo de la cinta y la jalo, Jiang Cheng que tenía bien
sujeta su cinta fue arrastrado con ella, hasta pegarse a Lan Huan, quien se había
quedado hipnotizado con los ojos claros del muchacho y con ese aroma a loto
del cual se había vuelto adicto.
Lan Huan no sabía
que le pasaba, no podía decir el motivo de su comportamiento, por primera vez
era invadido por sentimientos y emociones que eran nuevas para él, que
desconocía totalmente, se estaba acercando demasiado al muchacho de túnicas
moradas y este no parecía tener la intención de alejarse.
Estaban
demasiado cerca…
Demasiado…
¡Nos atacan!!!
Un grito y sonido
de una trompeta los hizo volver a la realidad.
¡Los Wen nos están atacando!!!
Jiang Cheng y
Lan Huan salieron corriendo de la habitación, dejando caer la cinta del joven
Lan.
Una guerra había
dado comienzo.
*///*
Notas:
*Hubei: provincia donde se encuentra ubicada Yunmeng
*Zidian: arma espiritual de la dama Yu
*Jiě: significa hermana
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