Caasiopeia 동방신기

31 ago 2020

额外 (一) / Extra 01


Pintura llamada: "Qí" (骑/Cabalgata)   

Pintura llamada: "" (骑/Cabalgata)

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额外 () / Extra 01


*/ Pasado /*

El camino de Lan Huan

Aunque muchos pensaran que su trabajo había terminado, para Lan Huan este apenas comenzaba.

Le había tomado mucho tiempo volver a reconstruir el imperio, tomo las decisiones que creía conveniente y en esa parte está satisfecho con su trabajo, si a futuro los emperadores no lograban seguir en el camino correcto, ya no era algo que tuviera que preocuparle.

Su tarea en esa área había concluido.

Muchos le exigieron convertirse en el nuevo emperador, después de todo era el último descendiente de la dinastía Lan, pero el no acepto, no quería nada de ese poder, mucho menos nada que ver con las dinastías, nunca más.

Alguna vez se preocupó por aquello y termino lastimando a la persona que más había querido en la vida, su única familia, su hermano menor Wangi. Quizás sus manos no estaban manchadas de sangre, pero no había intervenido ante nada de lo que los demás habían hecho. La muerte de Weiying y la de su único hermano siempre pesarían en su conciencia.

Wangi nunca lo había perdonado y el jamás se perdonaría tampoco, al menos estaba seguro que de alguna manera podía hacer que sus almas se encuentren, Weiying le había prometido aquello a su hermano y él también lo había hecho antes de que este muriera cuando el palacio se desplomara.

Aun recordaba ambas muertes, seguían tan vividas en su memoria, la primera hubiera sido la muerte de ambos, si él no hubiera saltado para atrapar a Wangi, cuando este se había arrojado del precipicio.

Aún resuenan en su cabeza las palabras de su hermano, cuando este se había levantado en su cama después de muchas horas de fiebre.

-          ¿Qué hago aquí?
-          Wangi – le dijo Huan – aun estas muy débil, debes descansar
-          ¡¿Que hago aquí?!  – repitió en un grito – yo debí seguirlo!
-          Wangi por favor… - quiso tocar su hombro
-          ¡No!!  – grito alejando su mano de un manotazo – porque?!!

¿Porque?...

Era lo mismo que Lan Huan se estaba preguntando, porque había permitido que aquello pasara, ¿porque no había intervenido?, porque había lastimado a su hermano de aquella manera.

¿Porque?...

-          Lo siento – fue lo único que pudo decirle bajando la cabeza
-          ¡No – dijo Wangi y levanto la cara de su hermano para que lo mirara – no lo sientes!
-          Wangi por favor…
-          ¡No!

Huan vio como las lágrimas corrían por el rostro de su hermano, podía sentir su dolor, pero si solo hubiera entendido que esa era futuro de su hermano si le arrebataban al ser más importante de su existencia.

-          Necesito que comprendas…
-          ¿Comprender?  – repitió – tu que sabes sobre comprender…

Aquello dejo helado a Huan…

-          Nunca has sentido por nadie lo que yo siento por Weiying – Lanzhan toco su corazón – jamás has dado tu corazón de esta manera, jamás comprenderás porque no sabes lo que significa el amor.

Wangi estaba en lo cierto, aparte del amor fraternal, el jamás se había enamorado, jamás había sentido lo que era compartir ese tipo de sentimiento, lo que compartir un corazón significaba.

-          No entiendes el dolor que estoy sintiendo – dijo aun tocando su pecho – yo debería haber muerto con él, debí haberlo seguido a donde fuera que vaya, lo prometimos…
-          Wangi…
-          Voy a ir con el…
-          Wangi no puedes
-          Iré con él, cuando nos volvamos a encontrar, nadie podrá separarnos nunca más…

Huan iba a decir algo más, pero Wangi volvió a su cama y se cubrió con la manta, aun así, Huan podía ver como su cuerpo temblaba y estaba seguro que era por el llanto y el dolor de la perdida.

-          Déjame…

Lan Huan se levantó y después de una reverencia salió del cuarto de su hermano.

Camino por el pasillo un buen rato, hasta que se encontró con 3 ministros principales del imperio.

-          ¿Cómo se encuentra el emperador?  – le pregunto uno de ellos
-          Quiere estar solo – respondió Huan
-          Si así lo deseas – respondió otro

Huan lo miro y pensó, que si hubieran respetados sus deseos nada de esto hubiera pasado.

-          El tiempo lo ayudara a olvidar - dijo otro - después de todo su primer compromiso es su deber con el imperio

Huan quería decirle muchas cosas…

-          El problema ya está solucionado, así que procederemos a concretar su compromiso con alguien digno del emperador
-          ¿Digno? – Huan no podía creer las palabras que escuchaba
-          Por su puesto, ese muchacho practicaba el cultivo demoniaco, jamás hubiera podido ser parte de la corte y mucho menos convertirse en la consorte de su majestad

Lan Huan cerro sus ojos y contuvo la ira que lo estaba consumiendo.

-          Él era la felicidad de su majestad – dijo con dolor – era su deseo más grande
-          ¡Era indigno!
-          ¿Indigno para quién?, para mi hermano o para el imperio del cual se llena tanto la boca!
-          ¡Príncipe!  – alzo la voz uno de los ministros
-          Lo que hemos hecho estuvo mal y me incluyo porque no fui lo suficiente valiente para detenerlos, ¡fui un cobarde y por esa misma cobardía estoy seguro que llorare lágrimas de sangre toda mi vida!

Y diciendo esto camino lejos de aquellos hombres, no podía soportarlos más.

Lan Huan estaba arrepentido de lo que no había hecho, pero aquellos hombres no lo hacían, se regocijaban de lo que habían logrado.

Cada uno pagaría sus errores, y así fue.

Al día siguiente su hermano había llamado a una reunión, invito a los nobles del pueblo y a sus ministros, fue allí donde desato su ira y a través de su guqin hizo que cada una de las personas que habían confabulado la muerte de su amado sintieran el dolor que él estaba sintiendo, muchos cayeron rápidamente por el dolor que emanaba aquel instrumento, después Huan había querido evitar el suicidio de su hermano, pero no pudo hacerlo.

Wangi había acabado con su vida y así se había unido a su amado para siempre.

*/*

Lan Huan se encontraba ahora rememorando cada cosa del pasado y seguía doliendo y quizás como el mismo había dicho jamás dejaría de doler, jamás dejaría de llorar lágrimas de sangre.

Pero no podía detenerse, debía seguir buscando aquella montaña, sin darse cuenta apretó dentro de su túnica aquella piedra, la piedra que lo ayudaría a enmendar los daños que había cometido.

Estaba cabalgando hacia donde algunos aldeanos le habían señalado estaría la montaña Bàoqiàn (Disculpa).

Las horas habían pasado demasiado rápido y la oscuridad ya cubría mas de la mitad del cielo, debía buscar algún lugar donde pernoctar, no habría tiempo de llegar a un hospedaje así que tendría que armar una fogata y dormir a la intemperie. Aquello no le molestaba, ya lo había hecho varias veces en su camino hacia la montaña.

Estaba a punto de detener su caballo cuando escucho unos gritos un choque de espadas, alguien estaba peleando. Lan Huan golpeo su caballo y siguió los sonidos, no avanzo demasiado, cuando vio unas sombras moverse, se bajó de su caballo y se acercó.

Huan vio como un muchacho era rodeado por 3 hombres, se trataba de defender con su espada, pero al parecer estaba demasiado cansado y herido como para hacerlo. Huan saco su espada y corrió a ayudarlo.

-          ¡¿Quién eres?!  – escucho que el muchacho dijo
-          Solo intento ayudar…

Aquellos hombres no eran fáciles de vencer, al parecer también eran cultivadores o al menos sabían cómo luchar.

-          Tenemos que irnos – dijo Lan Huan, pero el muchacho no se movía, podía notar la desconfianza en sus ojos – confía en mí.
-          ¡Porque lo haría!  – le espeto este

Lan Huan no podía tratar de convencer al muchacho y defenderlo al mismo tiempo, 3 eran demasiado, además que él estaba cansado por el viaje.

-          Porque no te apartas – le dijo uno de los tipos – solo queremos al muchacho
-          No lo creo – dijo Huan estirando su espada y poniendo al chico detrás suyo
-          ¡Tú lo pediste!

Los 3 atacaron nuevamente a Huan y este sabía que debía moverse rápido si quería salvar a aquel chico. En un movimiento rápido saco unos talismanes y se los lanzo a los hombres, aprovechando el momento Huan cogió al muchacho y lo alzo en su hombro.

-          ¡¿Qué demonios haces?!!
-          ¡Ya te dije – dijo Huan – salvándote!

Al llegar al caballo, Huan lo subió y se sentó detrás suyo, con un grito el caballo empezó a galopar muy rápido.

El aire estampaba en sus rostros por la rapidez en la que iban.

Al principio el muchacho quiso luchar para bajarse del caballo, pero no lo hizo, estaban huyendo y era mejor pelear contra uno, que contra tres. En ese momento sintió como su “salvador” se apegaba más a él a causa de los saltos del galope, aquello lo hizo ruborizarse y agradecía que ese hombre no podía verlo.

Lan Huan empezó a detener el caballo, había pasado mucho tiempo, ni siquiera sabía dónde estaba, la oscuridad ya había cubierto todo el cielo.

-          ¿Estás bien?
-          No – su voz sonaba molesta, aquello le pareció muy gracioso

Por primera vez después de todo lo sucedido Lan Huan había sonreído.

-          ¿Te estas riendo de mí?
-          Lo siento, ya me olvidado lo que era reír…
-          No te entiendo
-          No importa…

Huan bajo del caballo y estiro las manos hacia el muchacho.

-          ¿Qué haces?  – le pregunto el chico- puedo solo!
-          ¿Estás seguro?
-          ¡Por supuesto!

El chico intento bajar, pero el dolor en su espalda lo hizo resbalarse, jamás cayó al suelo, su salvador lo había cogido rápidamente y ahora lo sostenía de la cintura de una manera muy incómoda, porque le estaba dando la espalda.

-          ¡No me toques!

Huan reacciono ante el grito y soltó al muchacho y este cayó al suelo.

-          ¡Lo siento!

Huan levanto al muchacho y lo cargo de manera nupcial.

-          ¡Sigues tocándome sin importarte nada!
-          Cálmese joven – trato de tratarlo de manera formal
-          ¡Cómo quieres que me calme si casi me secuestran!

Lan Huan no camino muy lejos de su caballo y sentó al chico en un tronco, rápidamente saco un talismán que prendió un par de ramas y creo una fogata.

Gracias a la luz del fuego, Lan Huan por fin pudo ver al chico y viceversa.

Este llevaba un moño con un adorno en el cabello y en ambos lados de su cabello una trenza se dejaba ver.

Ambos se miraron por unos segundos, pero el primero en alejar la mirada fue el muchacho.

-          Estas herido…

Lan Huan se inclinó delante suyo y le hizo mirarlo, podía ver unos pocos cortes en su rostro.

-          ¿Cómo está tu espalda?

El chico solo lo miraba, como era que podía existir alguien tan guapo…

-          ¿Podría revisarte?  – le pregunto
-          ¡No!  – dijo rápidamente – son cortes no muy profundos
-          Está bien

Lan Huan jalo un tronco y se sentó en frente suyo.

-          Dijiste que intentaron secuestrarte, ¿sabes quiénes eran?
-          Claro que no – Huan sonrió nuevamente, aquel chico siempre parecía estar a la defensiva
-          Solo pretendo ayudarte, confían un poco
-          Te agradezco que me ayudaras, tampoco soy un malagradecido, pero no esperes que confié en alguien que acabo de conocer
-          Y que te acaba de salvar
-          Está bien, ¡gracias! – dijo juntando sus manos e inclinando su cabeza

Su agradecimiento sonaba más forzado, pero no objeto nada más.

-          Los que intentaron secuestrarme…  -dijo el chico – eran los del clan Wen
-          ¿Clan Wen?  - nunca había oído hablar de ellos – son cultivadores?
-          ¿Esos?  – dijo con desdén – ya quisieran!
-          ¿Entonces?
-          Mi padre es dueño de varios terrenos cerca de los suyos, siempre quieren apoderarse de estos y nunca lo han logrado
-          Por eso te quisieron secuestrar
-          Lo hicieron, pero pude huir de ellos, por eso empezamos a pelear, quería intercambiarme por las tierras
-          Estas a salvo ahora
-          ¿Lo estoy?
-          Puedes dejar de pensar que quiero hacerte daño
-          No – dijo firmemente – pero puedo calmarse un poco al menos
-          Eso es mejor que nada

El chico miro al fuego huyendo de la mirada de Lan Huan, odiaba sentirse avergonzado, aunque sabía cómo ocultarlo, siempre estando a la defensiva.

-          Mi nombre es Lan Huan – se presentó para que aquel chico sintiera más confianza

El chico lo miro y por unos segundos no dijo nada, Huan sintió que no recibiría una respuesta, hasta que.

Jiang Cheng, ese es mi nombre…

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