*/*
三
(03)
-
Mi
nombre es Weiying…
Wangi
estaba en una especie de trance, jamás había visto alguien tan hermoso en su
vida…
-
¿Quién eres?
El sonido
de su voz hacia palpitar su corazón de manera que no podía explicar, acaso,
acaso esto que estaba sintiendo era a lo que llamaban amor.
Wangi
despertó de su letargo cuando aquel muchacho se empezó a acercar a él.
-
¿Me estabas espiando?
Wangi negó
sin decir una palabra.
-
¿Cuál es tu nombre?
-
Lanzhan…
Sabía muy
bien que su nombre real solo debían saberlo su familia, pero algo dentro suyo
lo hizo decirlo, no podía responder exactamente qué, pero sabía que podía
confiar en él, a decir verdad, estaba sintiendo muchos más sentimientos que
solo confianza.
-
Weiying, mi nombre es Weiying
Lanzhan
soltó un suspiro enorme cuando vio la mano del muchacho estirado hacia él, que
clase de saludo era aquel. Lanzhan miro a Weiying, hasta su nombre sonaba a una
melodía, tan hermosa como su rostro.
Y sin
darse cuenta si quiera, Lanzhan ya había estirado su mano para tomar la otra.
-
Tu mano es cálida, aunque tu rostro es frio
Wangi miro
sus manos unidas, sintiendo como la palma de su mano ardía de una manera en la
que no lo lastimaba, al contrario, lo hacía sentir vivo, como nunca antes, lo
hacía sentir feliz.
-
¿Te gusta el sonido de la flauta?
Weiying
quiso soltar la mano de su nuevo amigo, pero este la tomo con fuerza, no lo
dañaba, pero lo hacía preguntarse, por qué?
Había
estado tocando su flauta como lo hacía cada vez que tenía ganas, cuando sintió
que alguien lo observaba, jamás se había topado con alguien en aquella parte de
la montaña y era por esa misma soledad que él siempre iba allí, necesitaba
alejarse de su dolor, del sufrimiento que llevaba, de aquella maldición que era
su vida.
Pero
cuando sus ojos chocaron con aquel muchacho, sus ojos dorados lo atravesaron y
por un momento inclusive había olvidado como respirar.
-
¿Quieres sentarte conmigo?
Weiying no
espero que Lanzhan contestara, tomo su mano con firmeza y lo jalo hacia unas
piedras y lo hizo sentarse a su lado.
-
¿Quieres escucharme tocar? – le pregunto y vio como este asentía
Weiying
retiro su mano y esta vez no hubo oposición, cogió la flauta que había dejado
en su cintura.
La misma
melodía que había hecho que Lanzhan caminara hipnotizado hacia él, sonó otra
vez, y esta vez podría disfrutarla de manera mejor.
Y mientras
miraba al interprete, podía sentir, estaba seguro que todo lo que estaba
sintiendo, era amor.
*/Actualidad/*
Yibo
camino unos pasos hacia aquel muchacho, podrían decir que estaba poseído, no
iba refutarlo, ya que no sabía que fuerza extraña lo empujaba a hacer aquello.
Zhan por
su parte veía como aquel joven se acercaba a él, y lo añoraba, su cuerpo pedía
a gritos que acabara con esa distancia, que estaba pasando con él?
-
Zhan!
Aquel
grito los hizo despertar a ambos de su letargo, se miraron el uno al otro sin
entender lo que estaba pasando.
-
Encontraste
tu…
Zhuocheng
se quedó viendo al muchacho que estaba muy cerca de su amigo.
-
¿Quién eres? – le pregunto jalando a su amigo más cerca
suyo, podía llamarlo sobreprotector, pero la manera en que lo miraba era
aterrador
No del
aterrador malo, como eres mi siguiente presa, sino como añoranza, una añoranza
extrema, no sabía cómo explicarlo.
-
¿Lo conoces? – le pregunto a su amigo, ya que nadie respondía
-
Lo siento…
Zhan pudo
escuchar la voz de aquel joven y quedo fascinado, era melodiosa, sentía que la había
oído antes.
-
No sé qué me paso – dijo Yibo – mi nombre
Yibo, Wang Yibo
Yibo
estiro su mano y no hacia Zhuocheng, de igual manera tampoco es que lo hubiera
estado mirando mientras hablaba, jamás había quitado la mirada de Zhan.
Zhan vio
su mano estirada y sintió algo así como un deja vú, rápidamente estiro su mano
hacia el muchacho y antes de siquiera poder tomarla, su mejor amigo la tomo por
él.
-
Mi nombre es Zhuocheng – dijo soltando su mano
– y él es mi mejor amigo Xiao
-
Zhan – completo este – mi nombre es Zhan
Por
primera vez en mucho tiempo en el rostro de Yibo se formó una sonrisa.
-
¿Tenemos que irnos – dijo Zhuocheng – vamos a
almorzar verdad?
Zhan
asintió.
Su amigo
trato de jalarlo con él, pero su mejor amigo no parecía querer moverse.
-
Ya almorzaste – le pregunto Zhan a Yibo
-
Seguro que si – respondió Zhuocheng por él y
se llevó una mirada reprobatoria de Zhan
-
Aun no – respondió Yibo
-
¿No quieres venir con nosotros?
Zhuocheng
miro a su mejor amigo, acaso estaba bromeando?
-
Me encantaría – y eso era cierto – pero tengo que
esperar a mi madre
Yibo pudo
ver un atisbo de decepción el rostro de Zhan, quería poder seguirlo a donde
quiera que vaya, justo ahora, se sentía muy mal por no poder acompañarlo.
Que era
exactamente lo que había pasado cuando se vieron por primera vez, que era lo
que estaba sintiendo ahora, Yibo podía contar con los dedos de una mano las
personas que él amaba o quería, su padre, su madre, su abuela, nadie más, no
había sufrido al tener que mudarse porque no había tenido amigos, no sabía cómo
ser amigo de alguien, a veces no lo comprendían y lo prejuzgaban como alguien
frio arrogante.
Pero
ahora, mientras miraba a Zhan a los a esos bellos ojos oscuros, podía sentirse
pleno y confiado de que a donde se a que lo siga iba a estar bien, aunque había
más, mucho más, pero aun no sabía cómo llamarlo.
A
diferencia de Zhan, que había sido un romántico toda su corta vida, podía
sentir como su corazón había despertado de una manera loca, hasta temía que
podían escucharlo gritar, sentía cosas bailando en su estómago.
Él sabía
muy bien a que se debían esos síntomas, y aunque lo había anhelado toda su
vida, jamás llego a creer realmente que podía existir el amor a primera vista.
-
Estaremos en el patio – dijo Zhan – puedes ir
con tu madre allí
Yibo
asintió y Zhuocheng miraba a su mejor amigo con cara de “es en serio, déjalo ir”.
-
¡Adiós! – Zhuocheng ahora si uso toda su
fuerza para jalar a su mejor amigo y ahora este si avanzaba.
-
¡Nos vemos!
– grito Zhan antes de salir del salón de pinturas
Por
segunda vez Yibo sonrió y puso al instante una mano en su corazón.
Que nombre
podía ponerles a todos estos sentimientos que estaba sintiendo, podría
describirlos uno a unos, pero no podía identificarlos.
Volvió a
sus pirar y a mirar el lugar por donde Zhan había desaparecido.
-
Zhan – dijo y por tercera vez sonrió
Debía
buscar a su madre.
Y aunque
Yibo iba entenderlos después, la palabra que buscaba era amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario